12 de septiembre de 2013

Tristeza

Después de nuestro ultimo viaje del año, retomamos las actividades del día a dia: escribir solicitudes de trabajo.

En este tiempo para reflexionar, he pensado en voluntariarme en alguna causa social, difícilmente encuentras algo que "valga la pena" en un país de primer mundo. Pero de que existen acciones de ayuda, existen. El caso es que aunque aun no se en cual dirección sera ni cuando empezare (y esto va porque tengo el tiempo de hacerlo y por que el tema de encontrar el trabajo que llene, toma su tiempo), me he preguntado que quiero hacer, a quien quisiera ayudar y como.

Y bueno, a pesar de que muchos queremos salvar el mundo, es difícil en la realidad ir a rescatar delfines, elefantes, osos polares, los mismos glaciares o ir a dar clases a algún país de áfrica. Pero bueno, algún día. Algún día tendré mis ahorros y tomare un año o dos sabáticos para comprar mi puerta en el cielo.

Pero me desvío del tema. Este país me parece muy padre, porque ofrece oportunidades únicas de desarrollo, educación y empleo; pero si hay algo que me parece bastante triste de esta sociedad es como sus viejitos son marginados.
Es increíble el numero de gente vieja en este país que vive sola, sin el contacto de sus hijos, nietos o familiares. Claro todo tiene que ver porque los jóvenes aquí se salen muy temprano de sus casas y el valor a la familia no es el mismo al que le damos en las culturas latinoamericanas.

A mi se me rompe el corazón cada que veo a una persona viejita en al autobús, en el mercado, en la calle, que apenas puede caminar: sola. Si claro, todo tiene que ver con proyección porque me acuerdo de mis Abuelitos y pues es asi, siempre traigo el corazón partido.

Es de las cosas mas difíciles, estas imágenes que pocas veces vemos de aquel lado del charco, son el pan de cada día aquí.
Si a algún grupo me gustaría dedicarme, seria a ellos.