22 de febrero de 2013

"LA" Boda

Una historia que tenía pendiente por escribir y que no quería dejar de plasmar aquí, para nunca olvidarla y siempre recordar cómo me sentí aquel día, es la referida al día de la boda y los días previos.

Bueno, creo que toda novia dirá que su boda fue perfecta, maravillosa y no sé, mil adjetivos mas. Venga, piensen que es normal si exagero un poco con el relato de nuestra boda civil, por favor.
Pero, así fue. La boda fue genial, y no por las cosas que nosotros hicimos. No. Si no por todo lo que la gente, nuestros invitados y principalmente nuestros dos testigos, organizaron.

El año pasado cuando nuestros trámites para casarnos en Alemania iban por buen camino, empezamos a analizar la idea de hacer una buena fiesta aunque solo fuera una boda civil y el número de invitados no se asemejara a la de una boda religiosa en México.
Dijimos: bueno, hay que hacer una celebración porque es nuestra primera boda y porque mucha gente de la parte alemana no podrá asistir a México cuando decidamos casarnos allá. Y así nos lanzamos con un "Save The Date" electrónico cuatro meses antes de la boda, era importante enviarlo con anticipación porque había gente de España, Austria, Inglaterra y Francia que tenían que agendar vacaciones. Si les contara que en Alemania las invitaciones para bodas (sin necesidad de estar tan lejos) se entregan seis meses antes de la boda. Bueno, nosotros ya estábamos un poco retrasados con eso, las entregamos dos meses antes.

De las 77 personas que invitamos, solo cinco declinaron (cosa que me encanto, que la gente que confirmo, fue la gente que se presento y así son para todo, muy organizados los europeos)
Después de eso, empezó la búsqueda por el vestido de novia, el traje del novio, el pastel, las flores, la decoración, los regalos para los invitados, el handmade photoboot (que yo hice eh!), los playlists de Spotify (que a partir de entonces pago mis 10 euros al mes por escucharlo sin restricciones y sin publicidad), las ideas tomadas de pinterest (un espejo donde escribí el orden de las mesas con plumón plateado, trineos para poner los números de mesas, los menús) las invitaciones hechas a mano con una foto de nosotros y con Sevilla de fondo. Mil detalles en los que uno no piensa hasta cuando ya se esta ahí: semanas antes. Y que no se si en realidad son necesarios o no, pero que a la hora del evento o después de él, hace que la gente diga: qué bonito el detalle, que padre idea, se veía muy bien. Y bueno, todos contentos.

En el fondo, la realidad era que yo no tenía idea de que a la par de todo lo que nosotros preparábamos en casa, se estaban planeando también una serie de sorpresas muy bonitas.

Cabe decir que nos casamos en el registro civil de la ciudad natal de mi novio (a casi tres horas de donde actualmente vivimos) y la fiesta fue en un restaurante que está en otro pueblo muy cercano. Y no teníamos problema por el menú, sería un buffet alemán muy típico del área de Franconia. Que aunque salió carísimo todo, lo volvería a pagar por el servicio que ofrecieron y el sazón que tenia la comida. Nuestros invitados y nosotros mismos estábamos fascinados con la calidez con la cual nos trataron (sorpresa para nosotros, porque antes tuvimos ciertas asperezas con la gerente del lugar).

Días anteriores a la celebración, llego mi querida Madre y sus amigos, obviamente había que aprovechar su estancia y conocer un poco (ellos fueron los únicos que pudieron asistir a la boda desde México), y estuvimos viajando en las cercanías de donde vivo (Heidelberg, Frankfurt) y pues andaba bastante estresada con todos los pendientes que aun tenia. Así que mi lado bridezilla no tardo en surgir, aunque ahora dice mi Madre que me comporte a la altura y no como mi prima. Bueno, depende de los nervios de cada quien y del cristal con que se mire.

Un día antes del gran evento, llore como loca de la desesperación: me faltaba tiempo para atender a mis invitados, me faltaba tiempo para terminar los recuerditos, ayudar a mi suegra en la cocina y tiempo para respirar. Para pintarme mis uñas, hacerme un facial o solo relajarme. Llore solo en la presencia de Christian y el con su paciencia eterna, siempre logra tranquilizarme. Esa vez no fue la excepción. 
Llore sobre todo porque mi familia no estaba conmigo, y aunque mi Mami, la más importante estaba. Yo quería sentir y ver a mi familia en ese tan especial para nosotros. Después de ese ataque, todo empezó muy temprano. Pero a diferenciar de mi amiga Aurora, si pude dormir la noche anterior a la boda.
La ceremonia seria a la una de la tarde, duraría como cuarenta minutos (mas que los cinco minutos que dura en Mexicali) y después daríamos un brindis con canapés en las mismas instalaciones. Para luego hacer la caravana con claxon y moñitos en los autos, hasta el lugar de la celebración.

Me levante muy temprano, a las siete ya estaba despierta, me peinaron a las 10 de la mañana en casa de los papas de mi novio, su Tío que es estilista fue el encargado y yo me maquillaría solita. Mi madre (y también mi suegra!) me ayudaron a vestirme y a las 12.30 ya estábamos todos listos.
Baje las escaleras de la casa y ahí estaba el novio, la familia cercana llenaba el recibidor con cámaras fotográficas y sonrisas. El estaba muy guapo! (cabe decir que yo fui con él a escoger el traje así que no era sorpresa) El desconocía mi vestido. 
Todos se fueron primero que nosotros, en el carro de los novios iba el Tío que me peino y mi Madre, haciéndole honor a la industria automovilística alemana, íbamos en un BMW. Llegamos al registro civil y fue hermoso ver a toda la gente esperando por nosotros. Con bocas abiertas y sonrisas tan bonitas. Fue increíble. Nos miraban, éramos el centro de atención, pero todos se veían felices de estar con nosotros.

Creo que yo tenía cara de estresada, cara de: ¿y ahora que sigue?. Aunque conocía el discurso que daría el oficiador de la ceremonia (yo misma lo traduje para nuestros invitados que no saben alemán) temía no entender algo por lo nerviosa que estaba. En fin, nos recibió el Standesbeamte, nos traslado hasta el lugar de la ceremonia y cuando todos estaban listos, empezó a contar nuestra historia, como nos conocimos, cuando rompimos, cuando no sabíamos si podíamos con la distancia, los consejos para el matrimonio, que era lo mas importante al estar juntos. Hasta hubo momentos cómicos como cuando batallaba para pronunciar bien mi nombre completo. 
Y el momento cuando nos pregunto si nos queríamos casar, y yo conteste con un tremendo: JA!
Y la gente se alegro. Cuando acabo la ceremonia, y se formo la fila para los abrazos. Yo no contenía bien las lágrimas, en algunas fotos salgo con cara de "me aguanto esta". Pero cuando todos nos felicitaban, y veía que había gente con ojos brillosos, yo no podía mas que estar agradecida y esforzarme por no llorar.
Después de terminar con los abrazos, empezó la primera sorpresa. Hay una tradición alemana que después de una boda, la pareja tiene que cortar un corazón pintado sobre una tela con unas pequeñas tijeras, como en una especie de concurso y al terminar, cruzar por ese corazón para así salir a toda la gente que espera del otro lado. Es como la presentación de la pareja oficialmente después de la boda. Todos aplauden y ahí fue cuando empezó el brindis.
Después de aquí nos tomaron las fotos de pareja, y de lo único que me arrepiento en estos momentos respecto a las fotos, es de que olvidamos tomar una foto con todos los invitados enfrente del registro civil. Fue una tristeza, pero en fin. Nos recordamos demasiado tarde.

El caso es que ya en el restaurante, nos esperaban en la entrada con una taza de Glühwein para mitigar el frio que hacia (no nevaba, hasta suerte tuvimos que salió el sol) pero si estaba muy helado. Y antes que entráramos al salón donde se llevo a cabo la fiesta, la gerente del restaurante preparo una entrada con un discurso sobre el amor, y lleno de velas todo el salón, a oscuras, con nuestra canción de fondo. Todo esto para que nos sentáramos en nuestra mesa.

Es bien comentar, que las bodas que empiezan por decir a las 3 de la tarde, antes de la cena deben tener un buffet de pasteles. Así que después del vinito, todos nuestros invitados pudieron disfrutar de una variedad de 15 pasteles acompañados de su respectivo café (uno hecho por mí! quien me conoce, pensaría esto como irreal jajaja) La cena se empezaría a servir a las siete y media, así que había mucho tiempo para lo que vendría.

Primero antes que nada, se dieron los discursos de nuestros padres. Por el lado del novio seria su papá y por mi lado, mi Madre. El padre de Christian nos dirigió palabras muy bonitas y eso que a él no le gusta hablar en público y mi mamá puso a llorar al público con sus palabras, a mi como no me gusta llorar (esto es sarcasmo) ni se diga. Solo tuvo que mencionar que aunque toda mi familia no estaba físicamente, ellos lo hubieran deseado con todo su corazón. Basto eso para que se le quebrara la voz y a mí se me derramaran lágrimas enfrente de todos. Una buena amiga alemana me dijo después: No se que dijo tu Mami en el discurso, pero me hizo llorar. No cabe duda, todos nos podemos comunicar a través de las emociones.

Fue aquí donde empezó el show. Les tengo que comentar mis queridos lectores, que los europeos en general son muy especiales en bodas: les gusta organizar sorpresas para los novios, llamémosle algún show o presentación para divertir a los invitados. Es usual leer en las invitaciones de boda, que si los invitados quieren colaborar creativamente con algún espectáculo en la boda, deberán ponerse en contacto con los testigos (que en este caso son 2, uno para el novio y otra para la novia). En nuestro caso fueron por parte de Christian, Mathias, su mejor amigo y por mi parte, Christina, amiga mía desde Sevilla. Y que se llevaron todos los honores por que ellos organizaron a nuestros amigos y familia en lo que fue el lado sorpresa de la boda y del cual desconocíamos hasta el mas mínimo detalle.

Los amigos de Bamberg (unas quince personas) nos hicieron una piñata, la cual teníamos que romper en la boda y que contenía nuestro regalo de bodas. Piñata que ellos hicieron con sus manos,  y que decidieron hacer para traer un elemento mexicano a la boda. 
Después los padres de mi esposo, llevaron a cabo la demostración de una metáfora sobre el amor, tomaron un jarrón de vidrio, donde metieron pelotas, luego piedras, luego arena y donde nos preguntaban si cabían mas cosas, hasta meter cerveza. Esta metáfora refería a que también había que darle importancia a las cosas pequeñas, y que siempre habrá espacio para ellas.
Entre tanto, vino la sorpresa de este mismo grupo (así vamos a llamarlos para diferenciarlos) en la que tomaron una canción de un grupo alemán muy conocido (die Ärzte) y transformaron la canción, cantándola a capela con la letra acomodada a los tiempos de estudiantes de mi novio.

Después, el grupo de Darmstadt (de donde vivimos, unas veinte personas) crearon un crucero (y lo presentaron en español y alemán) en donde nuestra primera parada fue Sevilla (donde nosotros éramos los protagonistas del crucero) y salieron de repente nuestros amigos, en una cabeza de toro enorme, y nosotros con una sabana teníamos que torearlo. La segunda parada fue México, y todas las mujeres salieron al escenario vestidas de mexicanas, con sus ponchos, sombreros, bigotes y guitarras cantando y bailando canciones mexicanas.
Después nos pusieron retos en los que teníamos que servir una botella de tequila en poco tiempo, o yo tuve que adivinar probando con ojos cerrados diferentes tipos de salchichas alemanas y decir el nombre (prueba para demostrar si mi suegra ya me había aconsejado bien sobre la buena comida de Baviera) o donde tuvimos que armar una caja de Ikea, solo para demostrar que tanto Christian como yo, no se nos da mucho eso de armar cosas. Manos izquierdas pues.
Y la tercera parada de nuestro crucero fue Darmstadt (lugar donde hay mucha oferta cultural) y como acto principal, el más importante. Empieza una música de teatro y luego clásica, en la oscuridad del salón, salen todos los hombres del grupo con tutus rosas bailando ballet. Jajaja ballet de hombres, yo me morí de la risa viendo la cara de felicidad de mi novio. Y más cuando después de terminar, hicieron un segundo show, pero ahora con el novio. Genial.

Después de eso, veíamos que toda la gente se paraba y pintaba algo al fondo. A nuestros testigos se les ocurrió la idea de montar un caballete con un lienzo y poner pinturas, y pedazos grandes de fotografías. Era un cuadro de nosotros y cada persona pintaba una parte, de acuerdo a la parte que tomo :-) El cuadro no se finalizo y nuestros testigos ya están pensando hacer "la fiesta del cuadro" para terminarlo.

En algún momento, salió Mathias gritando: se venden Bravo, ya están las revistas! 5 euros! Bravo es en Alemania, lo que fue Eres para nosotros. Una revista para adolescentes donde se tratan temas de amor, sexo y artistas. Pues crearon una revista con edición especial para la boda, hicieron reportajes acerca de nuestra vida, nuestros amigos colaboraron, la familia envío fotos de nosotros de pequeños. A nosotros nos hicieron una entrevista que salió publicada ahí. Bueno, me enorgullezco de todo eso porque la verdad es que yo estaba con el ojo cuadrado de todo el esmero que le imprimieron a todo lo que hicieron. Esta revista la hicieron y la vendieron en la boda, mi Madre quería comprar todas. Solo le dejaron comprar tres y aunque el 90% está en alemán. Es un gran recuerdo de nuestra boda.

Después de esto, el grupo de Sevilla presento un show mexicano con canciones como El Rey, El Mariachi Loco y A mi Manera. Cantaron y bailaron vestidos de mariachi. Y nos hicieron cantar con ellos. 
Bueno, este post está muy largo. Pero les cuento, también hubo fuegos artificiales, como 30 minutos, regalo de los tíos de Christian. Cosa muy especial porque eso lo hubiera imaginado para una boda aquí en Mexicali y no en Alemania, que son tan estrictos. Fuegos artificiales operados por el mismo novio de la tía y mi cuñado. 

Terminamos bailando nuestra canción de bodas cuarto para la una, partimos el pastel a ritmo de las luces de bengala que tenían nuestros invitados. Y con eso los invitados se levantaron a bailar, la boda concluyo a las seis de la mañana. Cuando no por sorpresa, nuestros últimos amigos (los Erasmus) eran los que seguían la fiesta y no querían terminarla. La gerente del lugar también nos había preparado una habitación llena de luces, flores y velas pero que de verdad, por el cansancio ni la disfrutamos. Dormimos como tres horas, porque al día siguiente había que levantarse temprano para acompañar en el buffet de desayuno a nuestros invitados hospedados y despedirlos.

Días siguientes a la boda, por supuesto volví a llorar. Encontrando mi tristeza resumida a una cosa: me sentí y aun me siento demasiado alagada y querida por los amigos de Alemania. Todo lo que hicieron, aunque quisieran mucho a mi novio, no lo hubieran hecho solo por él. Me ganaron por completo y por eso escribía anteriormente que me sentía con la responsabilidad de darles más de mi. A pesar de que el idioma es aun una barrera porque no lo hablo muy bien, me di cuenta de lo mucho que nos quieren, las tarjetas, el esmero con las palabras que escribieron en el libro de bodas,  los regalos. Todo fue perfecto, a excepción del baile de bodas (momento en que estaba muy cansada por los zapatos) y la falta de la foto grupal.
Hasta unos días antes, nos seguían llegando al buzón de los papás de mi novio, sobres con regalos de gente que nunca hemos visto en nuestras vidas y que por algún motivo saben que estamos casados.

Fue una experiencia que me sobrepaso, casarme en Alemania, con tanta gente bonita, haciendo el día tan especial, es un recuerdo que quiero conservar y que espero contar a mis nietos, muy pocas veces lo he contado en viva voz desde que estoy en Mexicali, no quiero sonar presuntuosa o yo que sé. 
Hace unos días dudaba de casarme de nuevo aquí, tenía temor de empañar ese recuerdo, de empezar de nuevo con todo, pero creo que lo haremos. Al final no se trata de competencias, solo de compartir con la gente que queremos.

Estoy muy agradecida y muy feliz, no lo quiero olvidar nunca.

21 de febrero de 2013

Aprovecho el soundtrack de "The Intouchables" y una taza de café para ponerme al corriente con mi blog.

Estas semanas se me fueron rapidísimas, el tiempo corre y eso no lo puedo cambiar. El tramite de titulación (motivo principal por el cual alargue mi estadía) para mi mala suerte cambio y al parecer no tomare protesta antes de mi partida. Quien sabe que vaya a pasar con mi futuro laboral. ¿Lograre entrar al trabajo de mis sueños con una buena carta de recomendación y mi carta de pasante? No lo sé.

Y al parecer nos mudamos, nos vamos de Alemania y empezamos de nuevo en otro país: Holanda, para ser exactos, en Amsterdam. Parece un sueño.
¿Se acuerdan del post de "nos quieren cambiar la vida"? Pues se trataba de eso y esta casi concretado. Vamos a un lugar neutral, como tanto me lo llegaron a recomendar, con un nuevo idioma, a empezar de cero, donde ninguno tiene un solo amigo ahí, ni familia cerca. 

Que cosas, estamos ansiosos de empezar este nuevo paso juntos y ver que nos depara el destino en una ciudad tan cosmopolita como ventosa. 

Ni idea como sera. Estoy a la expectativa. Tratando de disfrutar el presente, de desarrollar el talento  y de grabarme los buenos momentos con mi familia y amigos, recargarme de energía. 

Espero no soltar lagrimas en el aeropuerto. Lo dudo.