Ayer
estábamos sentadas en la sala de tu casa las tres.
Nos
enseñaste esa presentación que realizaste junto con tu familia sobre el primer
aniversario de la muerte de tu hermana.
Nos diste
la oportunidad de leer cada mensaje de cada miembro de tu familia, de una
tragedia tan íntima, y tan dolorosa.
Gracias
por compartirlo con nosotras, esas pequeñas lágrimas que derramamos no se
comparan en nada con tu perdida.
Admiro tu
valor y tu fortaleza. Y aunque no somos unas completamente extrañas, me
sorprendió que nos dieras a conocer tu historia.
Estoy
conmovida y agradecida con la vida de tener esta oportunidad. Uno no sabe en
que momento llegara la tormenta, por eso hay que estar agradecidos cuando todo está
bien.
Esas
chispas de felicidad habrá que saber disfrutarlas en el momento en que se
presenta..
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